Debatiendo el otro día con mis amigos muchos manifestaban su deseo de mantener una vida deportiva activa, que les aportase pasión, ilusiones y salud. Y algunos preguntaron ¿Qué es lo que puedes hacer para que las lesiones te respeten? ¿Acaso las consideras fruto de azar?

Lo cierto es que cada uno de nosotros tiene un talón de Aquiles. Mientras a algunos nos afecta la lactosa, otros tienen escoliosis y de repente, un día tocan a la puerta:  ¡Toc toc!  ¿Quién es? -Soy tu dolor de rodilla, he vuelto de vacaciones-.

Puedes rendirte y resignarte a que “esto es lo que hay” o tratar de hacer algo. Hay quien abandona después de estar tomando medicación durante 5 meses, cuando ya comienza a tener reflujo o después de haber recibido 80 sesiones de laser terapéutico o electroterapia.

La creencia de que no hay soluciones y que la mejor opción es acostumbrarse y abandonar cualquier tipo de tratamiento es una de las razones principales por las que estas personas no mejoran. Nuestras barreras mentales son mas fuertes que los prototipos de muro que estos días presentaba el presidente Trump.

Es verdad que existen patologías y dolores que nos impiden literalmente realizar cierta actividad física pero también es verdad es que una lesión no va a mejorar tomando pastillas como única cura.

Todos conocemos el dicho de “el tiempo lo cura todo”. Desgraciadamente, en lo referente al cuerpo humano no es así. En rehabilitación el 50% del éxito del tratamiento depende del paciente: de que realice efectivamente los ejercicios que le mandan para casa y que no solo los realice el primer día. Importa mucho que se respeten los tiempos de inmovilización o que los entrenamientos se realicen de la forma mas adecuada.

Si quieres que te respeten las lesiones, respétalas tú a ellas y verás que no son invencibles en absoluto. Todo lo contrario. Solo necesitas constancia y no caer en la resignación. Y no olvides que un fisioterapeuta profesional te puede ayudar mucho.