Los ligamentos cruzados de la rodilla son los responsables de regular toda la cinemática de las articulaciones y los órganos sensores que informan de la musculatura periarticular, influyendo directamente sobre la posición de las superficies articulares, su dirección y la magnitud de las fuerzas, y de manera indirecta sobre la tensión de las tensiones articulares.

Las lesiones en la articulación de la rodilla son uno de los problemas más frecuentes del sistema músculo esquelético. Se producen en torno a un 9% de los casos el daño en los ligamentos, destacando sobre todo la rotura del ligamento cruzado anterior. Este tipo de lesiones se producen tanto en la práctica deportiva como realizando actividades de la vida diaria.

¿A quien afecta la rotura del ligamento cruzado anterior?

Presenta una alta prevalencia en la población general y puede causar episodios de inestabilidad e incapacidad tanto en el desarrollo deportivo como en el día a día. Por ello, en personas con una alta actividad se suele optar por la reconstrucción del ligamento con el objetivo de impedir episodios de inestabilidad en las articulación así como, procesos degenerativos en la rodilla afectada.

Algunos de los deportes que presentan mayor riesgo de sufrir una rotura de LCA (ligamento cruzado anterior) son el fútbol, el baloncesto o el esquí, ya que son deportes de contacto y presentan una exigencia mayor al pivotar sobre la rodilla. Además, resulta relevante mencionar que las mujeres que practican el mismo deporte que un hombre tienen una mayor probabilidad de sufrir esta lesión. En cuanto a la etiología, podríamos decir que se debe a las diferencias en la morfología de la articulación de la rodilla, el entrenamiento, las dimensiones de la pelvis o incluso al estado hormonal.

Por ejemplo, en niños y adolescentes que se inician tempranamente en deportes de competición si que se ha detectado un aumento de rotura de LCA.

Después de la cirugía, comienza la readaptación

Una vez que el paciente se ha sometido a cirugía y tras un período prudencial de unas 4 semanas aproximadamente, lo ideal es comenzar con sesiones de fisioterapia dirigidas por profesionales como  Clínica Alhondiga. En nuestro centro de fisioterapia en Bilbao, estudiamos cada caso en particular y ofrecemos a nuestros pacientes un tratamiento único y enfocado a lograr los objetivos de recuperación en el menor tiempo posible.

Comenzamos por un trabajo propioceptivo en fases iniciales tras cirugía de LCA ( ligamento cruzado anterior), cuando llevamos la tibia hacia anterior pedimos que contraiga los isquios, para evitar ese desplazamiento anterior.
De esta forma se trabaja la musculatura isquiotibial ya que por su inserción evita que la tibia se desplaza hacia delante.

Además, se proponen ejercicios utilizando la técnica semitendinoso-recto interno. El objetivo que pretendemos con estos ejercicios es ganar la extensión activa de rodilla.Trabajamos siempre en cadena cinética cerrada, para que exista contracción simultánea de isquios, musculatura glútea y gemelo, de esta manera el ejercicio es mas seguro y con mayor transferencia.

Consejos para la realización de ejercicio en fases iniciales

  1. Hacer ejercicios de baja complejidad.
  2. Mientras se está realizando el ejercicio bajo supervisión del fisioterapeuta, transmitir mensajes claros y concisos.
  3. Utilizar material de bajo coste, extensible para que el paciente pueda hacerlo en su domicilio.
  4. Mensajes positivos y realistas generando adherencia al tratamiento activo.

Para tratar cualquier tipo de lesión acude siempre a un especialista, en Clínica Alhondiga te estamos esperando. Te brindaremos un asesoramiento personalizado y un tratamiento acorde a tu patología. ¡Visítanos!