En las lesiones del manguito rotador la confirmación diagnóstica no es únicamente proporcionada por las pruebas de imagen (resonancia magnética, ecografía…). La gran cantidad de casos que impiden relacionar directamente los síntomas con los resultados en radiografía han cambiado mucho el tipo de enfoque que se le proporciona a este tipo de lesiones. Así pues, muchas veces el tejido responsable del dolor es todavía una incógnita, lo que hace realmente difícil determinar que el tejido sobre el que se va a actuar en la cirugía.

Las investigaciones más recientes están continuamente demostrando que la fisioterapia, el ejercicio terapéutico y la readaptación a las funciones y movimientos que presenta el hombro son a largo plazo igual de efectivos que una operación quirúrgica y además evitan el riesgo que ésta entraña, pues muchas veces el tejido que creemos responsable del dolor en base a lo que la resonancia dice no es realmente el que provoca los síntomas. A este termino le denominas incoherencia clínico radiológica y está ganando un peso importante en el ámbito de la sanidad.

El hombro es la articulación del cuerpo que más movilidad es capaz de generar. Debido a ello y como consecuencia de esa movilidad elevada, la articulación posee una estabilidad reducida. Las estructuras que proporcionan estabilidad al hombro son totalmente dependientes del trabajo muscular y es gracias a esto que los pacientes encuentran mejoría cuando a estos músculos se les presta la atención necesaria.

¿Qué trata exactamente la fisioterapia del hombro para el manguito rotador?

Se conoce como manguito rotador a cuatro músculos que envuelven la cabeza del húmero y generar tanto estabilidad como movilidad en la articulación glenohumeral. Aquellos profesionales de la salud que abogan por la cirugía como primera solución al problema deberían reconsiderar esta opción, y ver que a través de ejercicio terapéutico y una buena gestión del dolor los resultados son mejores. Eso sin tener en cuenta la cantidad de hombros operados que no solo no encuentran una clara mejoría de la situación previa a la cirugía, si no que se les añade a su problema un cicatriz que genera adherencia y pérdidas de movilidad asociadas.

Es por ello que, la primera opción debe ser siempre el tratamiento conservador y solo cuando éste fracasa y el dolor es persistente e invariable se debe acudir al quirófano. El tratamiento debe ser personalizado, y poniendo especial atención a aspectos de distinta índole que puedan tener que ver con el tipo de lesión y las características del paciente.

La fisioterapia del hombro y los ejercicios sostenidos facilitan una recuperación natural, efectiva y duradera. Conviene señalar que en la Clínica Alhondiga somos especialistas en tratar todo tipo de lesiones bajo un estudio inicial completo del paciente. Contacta con nosotros y te haremos un estudio a medida en función de tu patología.