El término dorsalgia proviene del latín dorsum, que significa espalda, y algia, que significa dolor. Por tanto, teniendo en cuenta su etimología, se puede deducir que esta palabra hace referencia al dolor intenso en la zona dorsal de la espalda.

Etiología de la dorsalgia

Las dorsalgias, pueden producirse por:

Tos repetitiva, giros bruscos, por exposición al frío o por mantener malas posturas durante un período largo de tiempo sobre todo en sedestación, tos repetitiva, giros bruscos o por exposición al frío.

La existencia de deformidades existentes en la columna vertebral, las personas con una tendencia cifótica, una escoliosis o con una zona dorsal excesivamente plana pueden tener una mayor susceptibilidad a padecer dorsalgia si bien no es un factor desencadenante primordial.

El estrés sostenido y la somatización emocional suelen ser un motivo de dorsalgia bastante frecuente, ya que al tratarse de una musculatura lisa de carácter tónico y postural, está muy influenciada anatómica y fisiológicamente con el sistema autónomo vegetativo (simpático y parasimpático) lo cual la hace especialmente susceptible a influencias emocionales.

Puntos de gatillos miofasciales a nivel dorsal. Como hemos hablado en otro post, los puntos gatillos representan zonas de dolor localizadas e irradiadas a otras zonas. A nivel dorsal existen varios que son relevantes.

Deformidades presentes en la columna vertebral, las personas con una tendencia cifótica, una escoliosis o con un dorso excesivamente plano pueden tener una mayor susceptibilidad a padecer dorsalgia si bien no es un factor desencadenante primordial.

Hernias discales o procesos degenerativos discales, si bien es la zona de la columna vertebral con menos predisposición a padecer estos problemas discales, también ocurren y pueden desencadenar o agravar un cuadro de dorsalgia.

Las enfermedades autoinmunes, como la espondilitis anquilosante o la artritis reumatoide atacan a la columna vertebral y por lo tanto pueden estar relacionadas con los casos de dorsalgia más severos que son fácilmente diagnosticados por el médico.

En el caso de que la dorsalgia se alargue en el tiempo, será necesario acudir al médico para descartar que sea el síntoma de otra patología subyacente.

Tratamiento

Es muy importante realizar una exploración para conocer el motivo principal que esté causando la dorsalgia. Dependiendo de la causa principal, el tratamiento será uno u otro. Sin embargo, para combatir no el origen, sino el propio dolor, el tratamiento es muy similar. Lo ideal es que acudas a nuestro centro de fisioterapeuta en Bilbao donde combatiremos este dolor con distintas técnicas.

Uno de los mejores centros de fisioterapia en Bilbao para combatir la dorsalgia es la Clínica Alhondiga. Visítanos para acabar de una vez con tu dolor.